Fría noche de Nuñez. Partido trabado. Los jugadores azules del equipo chileno se aglutinan en pos de mantener el cero, y de pronto en una corajeada, en una arranque de guapeza rioplatense, aquel muchacho de Azul tomo la pelota eludió un par de jugadores cuales conos y remato con el alma y la vida. La red se inflo, el grito fue un pasaje sin escalas hacia Cali. Media Libertadores adentro.
Pocos jugadores están tan identificados con una camiseta, transitamos epocas en las que el vil metal es el único propósito. Haber sido espectadores de lujo de semejante entrega, semejante demostración de que aun en los tiempos que corren todavía se juega por amor a los colores, es un privilegio.
Todos sabemos cual fue el fin de nuestra era pasada y también quienes y como nos empujaron hacia ese horrible final. Pero no viene al caso traerlos a la memoria o por lo menos no en este momento. También sabemos a lo que en un par de días nomas , nos enfrentaremos. Y Matias Jesus Almeyda sera el encargado, ya no desde el verde césped sino desde la conducción de un grupo , de llevar a River por el largo y sinuoso camino de retorno a casa. Del lugar que nos merecemos y al pertenecemos, aun estando momentaneamente ausentes. Desde lo mas profundo de un corazón fielmente riverplatense, no puedo hacer mas que desearte lo mejor Pelado. Algunos podrán juzgarte apresuradamente , otros dudaran de que haya sido un momento algo inoportuno, pero de lo que estoy seguro es de que mi River , tu River , tendrá a flor de piel ese fuego sagrado y esa convicción de saberse un elegido por vestir el manto sagrado en cualquier cancha. Hay apoyo, el país menos algunos esta con vos.
Fuerza Matias, como siempre con River en el corazón.
