
Once minutos. Eso es lo que duro en cancha Carlos Sanchez. Eso es lo que duro la tranquilidad de los mas de 50.000 tipos vestidos de punta en blanco...y rojo.
En otra circunstancia hubiera sido un golpe letal, pero en este partido resulto una inyección. De carácter. De tenacidad. De compromiso. De saber que el tipo de al lado, el que tiene la misma camiseta y defiende los mismos colores, se esta matando por cada centímetro del campo.
Y así fue para adelante River, reduciendo a cenizas a la Lepra Mendocina. Comiéndoselo crudo. Como un león. Como hacia aquel que ahora arenga a la tropa desde el otro lado de la raya de cal.
Dando la impresión de jugar con cinco tipos mas que el equipo mendocino, cuando en realidad se tenia uno menos.
La defensa cerro los caminos, Leo Ponzio se comió la cancha, se multiplico en tiempo y espacio, siendo apoyado por Cirigliano, se puso la pilcha de Pac-man, de bombero, de asistidor. La llamada polifuncionalidad, fue multiple en serio, coronando una tarea reivindicatoria.
El gol cayó a los 27, centro de Dominguez, cabezazo - pasea lo Kaiser del mellizo zaguero y gol de goleador del goleador.
Entro una y entrarían todas. En lugar de refugiarse River siguió buscando, metiendo, arrinconando a un equipo impotente ante tal demostración.
La definicion corrió por cuenta del distinto. El chori de la gente. Pase de Ponzio, para clarificar la contra, y corrida implacable, amague, toque suave de zurda, golazo.
Para festejar, para bailar con Cavegol, para que bailen Fabbiani, Vila, todos juntos.
Y si algo faltaba para coronar una noche a puro grito, esa cereza fue el gol de David Trezeguet, que disfruto como un pibe de las inferiores ese grito a la multitud, golpeándose el pecho, besando el escudo, como si toda la gloria Europea acumulada en su carrera, hubiera tenido como meta ese mágico instante de felicidad.
Once Almeydas. Que batallaron y le dieron forma a un triunfo clave, que vale tres puntos como todos, pero que cotiza en bolsa para los intereses del grupo.
Festeja, grita, agita.
Y dormí tranquilo.
Este River dejara todo por nosotros.
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