Como muy pocas veces, los rivales en la lucha sin cuartel del campeonato nacional habían jugado para nosotros. Pero paradójicamente faltaba que River juegue para si mismo, y sabemos de sobra que en reiteradas ocasiones, precisamente eso es lo que mas nos cuesta.
Pero bueno, apareció el "cada vez menos pibe" Ocampos pellizcando una pelota mal entregada por un defensor algo distraído y la cosa pintaba para una tardecita de suma tranquilidad.
Lamentablemente no fue así. Muy poco duro la alegría porque Defensa encontró un gol imposible, que tenia preconcepto de centro al área, pero esas cosas del destino y la tardía reacción del Indio Vega, determinaron el empate, seis minutos después de aquella definición del numero once de River.
El equipo de Florencio planteo el partido de igual a igual al conjunto de Matias Almeyda. Y me animaría a decir que es el equipo que mejor fútbol demostró ante River. Ni Instituto, ni Quilmes, ni Central llegaron a plantársele de una manera tan ofensiva, intercambiando golpes con un peso pesado de mil batallas.
El primer tiempo se fue entre pocas llegadas claras, pero una increíblemente dilapidada por Carlos Sanchez que privilegio el piletazo buscando un penal salvador, que elaborar una definición y poner el 2 a 1, injusto, pero triunfo al fin.
Al descanso. El pelado almeyda le dio salida a Abecasis, para incorporar a Trezeguet, dejando línea de tres, lanzándose de lleno a buscar el partido.
Y parecía que le saldría bien, Porque David cabeceo esquinado un centro de Sanchez, Y puso la pelota como con la mano, allá en la esquinita donde Preafán no llegaría ni con un ciclomotor. River se ponía arriba en el marcador. El numero 17 de la banda seguía construyendo a fuerza de goles un amor incondicional de parte de su gente.
Sin embargo a contramano de loque indicaba el marcador, Defensa y Justicia siguió intentando, y en una seguidilla de tiros de esquina, nos metió contra un arco y con la innegable colaboración de la defensa llego al empate, con un autogol de Ramiro Funes Mori, que mediante un espaldazo la clavo en un angulo.
Con el envión, el equipo verdeamarelho ( que por momentos mirando a la defensa de River, parecían brasileros de verdad) nueve minutos después se puso en ventaja, luego de que Piriz Alvez lo arriara a Funes Mori y le pusiera un centro en la frente a Bustamante.
Perdíamos 3 a 2 y nada se podía decir.
A esta altura el corazón pedía un descanso, una tregua ante tanta emoción junta, ante tanto vértigo e incertidumbre en tan pocos minutos de juego. Parecía un deja vu de épocas pasadas en las que situaciones como estas eran un ancla difícil de llevar y que inevitablemente desencadenaban un naufragio.
Pero apareció otra vez David, esta vez pescando un rebote ante una mala definición de Cavenaghi, y con sutileza le dio un pase a la red y convertia su segundo gol, le daba a River una vida más, un cachetazo para despabilarse ante tanta pasividad.
En la ultima a través de un cabezazo pudimos haberlo ganado, pero la sensación que flotaba en el aire del estadio único es que la sacamos barata.
Por eso te hablo a vos querido River y te pregunto: hasta cuando tendremos que sufrir de esta manera? Ya se que este año en los abismos oscuros del campeonato nacional iba a ser complicado, pero a veces me parece que el bobo coquetea demasiado con el bobazo.
Esta claro que el poderío de fuego con el que contamos adelante, no se complementa con la fragilidad que en muchos pasajes de varios partidos mostramos atrás. Era un linda oportunidad para pasar al frente, para un despegue, pero tenemos que acordarnos siempre que al margen de que algunos resultados nos favorezcan, en ultima instancia nuestro primer y único rival siempre seremos nosotros mismos, y que al ganar esa batalla lo demás , se caerá casi por decantación.
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