La soleada tarde de Avellaneda presagiaba la gran posesión. Desde los cuatro puntos cardinales, los fieles devotos de la banda roja llegaban con el fervor de siempre, y también como siempre, lograban a fuerza de fenómeno popular ser locales aunque la planilla de la AFA diga lo contrario.
La gloriosa camiseta que homenajea ciento diez años de gloria ( hoy desesperadamente anhelada ) salta al pasto del estadio Libertadores de América, que disfruta atónito de una fiesta a la que no está acostumbrado.
Enfrente está Deportivo Merlo, rival inédito, y una incógnita para la gran mayoría Riverplatense.
El partido arranca como lo que se volvió una costumbre, con River a contrapiè y Merlo mordiendo, raspando y cortando cualquier posible vìa de circulaciòn de la pelota.
A fuerza de balón parado y remates de media y larga distancia, el equipo azul arrinconó a River ( yo tampoco lo podía creer ) y se quemaban los papeles y favoritismos de la previa del encuentro.
Después de momentos de zozobra, el equipo de Matias Almeyda logró emparejar el match a través de la polenta del "cada ves menos pibe" Ocampos, la furia inteligente de Aguirre y no mucho mas.
Tuvimos la mas clara, luego del pase de Aguirre, por medio de una "cuchareada" llena de clase de Cavegol, que el antipático caño derecho local, desvió de su destino de red.
Alguna mas de Sanchez, llegando vaciò por el segundo palo, sin logra conectar la globa.
El "Chori" Dominguez trataba de hacerse eje del juego, pero el dibujo táctico y la artillerìa de patadas sintomáticas sobre sus tobillos se lo impedían. Aún así tuvo una desde mitad de cancha ( a pura viveza y clase ) que si entraba, creame amigo Riverplatense, todavía estaría gritando.
El partido se moría entre la desidia de River para atacar y el "Baby catenaccio" de Merlo, la imagen del equipo era muy pobre y deslucida.
De un tiro libre a favor, salió disparada la contra del local, que en ventaja numérica, dilapidó un gol increible, casi que sin dar crédito de tener casi de rodillas a un gigante de mil batallas.
Y hubo mas, porque el referato que tantas veces nos perjudicò y , claro está, nos dio un pequeño aventòn al infierno, esta vez nos salvó del papelón histórico, ya que el penal de Alayes sobre el lateral Emanuel Martinez, fue visible hasta en la estación espacial internacional.
Deportivo Merlo.
Mala imagen del equipo.
Coqueteamos con la derrota.
Zafamos un penal en contra.
Lo que me deja este partido, aparte de una soberana calentura, son un par de fichas que caen todas juntas, y el sopapo nos hace ver donde estamos parados.
No le miento amigo, si le digo que hoy finalmente somatizè lo del 26-j.
No le miento si le digo que estoy caliente.
Lo positivo de saber en donde estás, es conocer el camino para emprender el ascenso.
De las " paredes del infierno" se sale pulgada a pulgada, decía Al Pacino, en la piel de Tony D` Amato, en la pelicula "Un domingo cualquiera".
Hoy tengo un ayuno de optimismo.
Ya habrá tiempo de encontrarlo en futuras historias que aquí escribiremos.
Hoy me tomo una semana sabática.
Un baño de realidad a veces viene bien.
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