Luego de la pesadilla hecha resultado en el partido que River perdió en el Amalfitani con Atlanta, la obligación era ganar o ganar, no quedaba margen alguno para otro resultado que no implicara la cosecha de los tres puntos frente a un necesitado Huracán. River quedaba a tres puntos de Instituto y debería triunfar pensando en acortar considerablemente la brecha en el choque a cara de perro de la semana próxima.
La cosa empezó de mal en peor, ya que River jugo uno de los primeros tiempos mas horribles de todo este periplo. Estando errático en los pases a la hora de la elaboración, y creando casi nada de juego. Huracán con poco, algunos pelotazos y la inspiración de Milano y Battaglia, se las arreglaba para en un par de toques aproximarse al área millonaria. Tal es así que por poco Leiva clava el uno a cero para el globito que hubiera sido no un balde, sino un camión cisterna de agua completamente fría.
En el segundo tiempo, se salio con otra actitud, el partido seguía siendo trabado pero mejoro la conexión entre los interpretes que tenían la casaca tricolor. Y como si la historia se empecinara en demostrar que el camino mas directo a la victoria es el buen juego, Cirigliano combino un par de pisadas , allano el camino, tocando para Sanchez, que asistió al Maestrito Gonzalez, quien llegando al fondo tiro el centro-gol, que convirtió en contra el defensor de Huracán. Fue una explosión, fue una descarga el grito de gol, ante tanto sufrimiento, se encontró la llave que destrabaría por completo el cerrojo que había planteado el equipo de Parque Patricios. De ahí en mas el partido fue otro y sumado a la expulsión de Alexis Ferrero por exceso verbal, la definición no tardaría en llegar. Y fue así que El chori comando lo que seria la estocada letal, dejando solo mano a mano a Fernando Cavenaghi, que se tomo su tiempo y definió con categoría frente a la salida de Calviño. Se terminaba así esta especie de catarsis del hincha de River, que paso por todos los estados de ánimo posibles en tan solo noventa minutos. Porque no se jugo bien, pero es claro que, como dijimos hace un par de líneas comenzando este texto, había que ganar y solo ganar. Se viene un partido clave contra el puntero del campeonato. Esa clase de partidos que demuestran de que están hechos los jugadores. Sabemos que Instituto, esta en un nivel alto, pero también que en la primera vuelta fue superado por el equipo de Matias Almeyda. Depende de vos, River. El destino esta en tus manos.
Es hora de reencontrarnos con la historia.
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