lunes, 3 de septiembre de 2012

"Deja Vu Monumental" - Año 1 Después del 26-J - Torneo Inicial Fecha 1 - River Plate 1 Belgrano 2



El sitio era el mismo que en aquel 26 de Junio de 2011, tan tristemente celebre para nuestra historia y que tan profunda huella dejo en la memoria colectiva. El rival también era el mismo, aquel convidado de piedra cordobés que paso a formar parte de los libros de la historia del fútbol argentino, al hacer tropezar al gigante.


Las circunstancias eran distintas, River volvía a vivir, volvíamos. Volvíamos a soñar que aquella pesadilla oscura que nos mantuvo una temporada en el infierno futbolero, por fin había encontrado su fin. Pero el destino, o la historia, o los dioses y los duendes del fútbol, muchas veces tienen sorpresas que nadie espera.


River se mostró apurado en el desarrollo del match, casi que desbocado intentando demostrar en apenas unos minutos que estaba recuperado, que aquella enfermedad que lo mantuvo en estado de coma, y como huésped del campeonato nacional, era ya parte del pasado.
En la temprana gestación del juego, no había variantes, y se quería marcar el cuarto o el quinto gol, aún antes de haber convertido el primero. Sólo Lanzini con un par de intervenciones que demuestran su calidad (y su juventud) sobresalió, además del despliegue y el esfuerzo de Ponzio.
Pero, como nos tiene acostumbrados ultimamente River, hay cosas que siempre vuelven, hay fantasmas que cuesta alejar.


Como por ejemplo los de la defensa, que presa del estado de éxtasis general, del desconcierto y el apuro en el que estaba sumergido el equipo, cayó en grandes errores, que nos lanzaban en una catapulta imaginaria hacia un año atrás en el tiempo.
Así llegaron los dos mazazos con minutos de diferencia y en momentos clave: Sobre el final del primer tiempo, tras una mala defensa y un cálculo bastante desacertado de Vega, el Pirata Cordobes estampó el 1 a 0. Sobre el comienzo del segundo tiempo, y tras un mal pase de Cirigliano, Carranza de emboquillada clavó el segundo.
Enseguida las miradas, el codazo al de al lado en la tribuna, las miradas complices, el repetido "Esto ya lo viví".


Faltando poco, los corazones Riverplatense recibieron una descarga para despertarse, un confuso tiro libre de Lanzini, de esos que nadie quiere tocar adentro del área, se clavó en el arco visitante y puso el descuento. A partir de ahí, fue un "Dale que va" un "centro a la olla".
Cuando todo parecía finiquitado el "hombre de negro" esta vez de verde, inventó un penal totalmente incomprensible sobre Aguirre y Teníamos la última, penal y se termina.
Precisamente ahí volvieron los fantasmas, los recuerdos negativos, las vivencias pasadas.
Todo parecía indicar que lo patearía Trezeguet, pero Rogelio tomó la globa de cuero, teniendose confianza para hacerse cargo de un penal que quemaba.


El resto es historia conocida. Otro penal errado, otra vez Belgrano marchándose del estadio Monumental ganador. Otra vez los hinchas de River preguntándose, si las plagas que nos azotaron tanto tiempo aun no se terminan.
Ultimamente, nuestra relación con River es así. Pasamos del amor a la bronca, de la locura a la ternura en tan solo 90 minutos de efervescencia.
River es como tu vieja, podes enojarte, podes pelear, pero sabes que cuando te llame , vos estarás ahí, al pie del cañón, con la cola entre las patas.

A veces está bueno un cachetazo que te despabile, que nos haga ver realmente en que lugar estamos parados. Somos un gigante que se levantó de un golpe durísimo.

Empecemos a caminar de a poco, antes de querer correr.


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