Algún desprevenido podría pensar que tan impresionante cantidad de gente, correspondería a una final de Copa Libertadores. Quizás a un partido de instancias decisivas de Champios League.
A una final de Torneo local.
Pero no. Se trata de este fenómeno nacional y popular llamado River Plate. Que sigue revolucionando cada punto de la geografía Argentina en cada juego de visitante.
Esta vez el remodelado estadio Mario Alberto Kempes fue testigo de semejante demostración de fe, de amor, de pasión incontrolable.
Y porque este amor es incondicional y no sabe de categorías, ni de fracasos, en el peor año de su inmensa historia River se da el lujo de llevar 26.000 hinchas en condición de visitante.
A priori el partido había sido catalogado como "el del campeonato", ya que se enfrentaban el puntero y su único escolta, que además venia con el cartel de equipo sensacion del torneo, señalado como el que bajaría a River de su liderazgo.
Nada de eso sucedió. El tramite del partido fue pura y exclusivamente propiedad de River. Apoyado en la solidez de la defensa, el equilibrio y la presencia de un cada vez mas afianzado Ezequiel Cirigliano, y la potencia de Ocampos, el equipo fue plasmando una superioridad evidente. Con el correr de los minutos, se dispuso de inmejorables chances para abrir el marcador, pero el palo en dos oportunidades ( Cavenaghi y Rios ) y falta de contundencia en otras ( una de Carlos Sanchez y un remate esquinado de Keko Villalba ) impidieron volvernos con los tres puntos desde la docta.
Instituto fue una sombra de lo que venia mostrando en las fechas anteriores, e incluso jugo con un hombre menos casi 30 minutos, detalle que tampoco supimos aprovechar para torcer la historia.
11 Partidos disputados.
6 triunfos.
5 empates.
23 puntos cosechados.
21 goles a favor.
7 goles en contra.
Las estadísticas, muchas veces frías, esta vez nos marcan que la senda por la que transitamos es la correcta.
Y que a pesar de que una victoria en tierras cordobesas hubiera significado un despegue en la tabla de posiciones, continuamos invictos y en ascenso directo.
Se me podrá tildar de apresurado, con 27 partidos - batallas por delante en el interminable fixture.
Pero con esta realidad, las cosas terminaran cayendo por su propio peso.
Vamos River!
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