La vuelta a casa. El fin del exilio obligatorio despues de nuestra refundacion del 26 - J. Luego del partido contra Chacarita, y de las sucesivas peregrinaciones por Parque patricios y el Bajo Flores, volviamos al Antonio Vespucio Liberti. El glorioso templo de Nuñez volvia a ser testigo de la pasion, la locura, del amor eterno a los colores. Blanca el alma, rojo el corazon.
Lamentablemente nada de lo imaginado fue real. Creo que con seguridad, ni el mas pesimista de los hinchas de River hubiera pronosticado tal decepcion. Poruqe nada de lo construido en Junuy, ni un apice de esa buena tarea quedo en pie. Todas fueron ruinas.
Al margen de la gran contundencia del ordenado equipo tucumano de Jose Manuel Llop, lo que sorprendio es la mala actuacion de River, superando incluso la floja performance demostrada ante Aldosivi, quince dias atras. Eso habla a las claras del rendimiento del equipo de Almeyda en todas las lineas.
Porque la defensa estuvo insegura y dubitativa. Sobre todo representada en la figura de Adalberto Roman, que en su vuelta despues de la jugada de voley versus Belgrano, se lanzo solo a los fuegos de la inquisicion Riverplatense, sirviendole en bandeja el gol a Atletico Tucuman.
En el mediocampo las cosas no fueron demasiado diferentes, Cirigliano tuvo un partido para el olvido, mostrandose erratico y sumamente impreciso en el juego por abajo, item en el que siempre sobresale. Ni Ocampos, ni Carlos Sanchez mostraron variantes ni salida clara.
La suma de las dos primeras partes del equipo, condenaron al ataque a una soledad total, ya que Chori Dominguez. impacto una y otra vez contra la muralla defensiva tucumana. Razon por por la cual Rios y Cavenaghi, naufragaron ante la falta de opciones netas de gol.
Como destacamos al comienzo de estas lineas, ninguno esperaba esto, es por eso que el mazazo que significaron los dos goles de contra de Atletico Tucuman, resultaron determinantes para el resultado.
Creo que este durisimo golpe debe producirun alerta importante.
De ninguna manera, y como pronosticaban muchos, pensabamos que a esta altura llevariamos diez puntos de ventaja y todo seria color de rosa. Pero perder de esta manera, cuando estaba todo dado para que el partido fuera una fiesta, es un llamado de atencion.
Para enfocarnos partido a partido.
Porque como dijimos en episodios anteriores, del infierno se sale escalando centimetro a centimetro, peleando cada pelota, regando el campo con el sudor de la camiseta.
Ojala este mazazo monumental, nos despierte y nos haga encontrar la tan esquiva regularidad.
Elemento esencial para el camino del retorno.
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